Pese a la imperiosa necesidad de lograr que se incluya a Puerto Deseado como destino cargas del buque Asturiano se supo que la mayor dificultad que por estas horas atraviesa la ciudad portuaria, no es precisamente la falta de barcos sino la brutal caída de las exportaciones de productos pesqueros que comenzó a partir del 2007 y se profundizó en los años siguientes con las escasas capturas del recurso calamar registradas al sur del 47º.

Si bien existe un discurso promovido acaso por medios locales no especializados que toma como paradigma la idea de que Chubut avanza como una topadora hacia su objetivo final de llevarse todas las cargas que se consolidan por el muelle deseadense, es necesario recalcar que dichos argumentos no tienen ningún asidero con la realidad, puesto que actualmente el portacontainero Lángeness rentado por las navieras Maerks y Hamburg ingresa a esta estación marítima cada 15 días llevándose productos pesqueros y algo de minería que, hay que decirlo, cada vez son menos y no porque Chubut se lo haya «robado».

Alberto Dapalma gerente de la terminal de cargas y descargas Costanera S.A en un conteo parcial confirmó en lo que va del año se despacharon 1600 contenedores casi 800 contenedores menos que los registrado en 2009 para esta fecha, que ascendieron a 2380 contenedores con un cierre total de 3500 contenedores, aunque el 2009 también fue considerado como un año malo en cuanto a las exportaciones por la falta del recurso calamar que es la pesquería que realmente mueve los volúmenes de cargas.

Pese a que el directivo de Costanera prefirió no brindar mayores precisiones al respecto, una revisión de los acontencimientos registrados durante este año permite establecer que la fuerte caída de «tachos» estuvo directamente relacionada con el bloqueo a las exportaciones realizado por el SOMU como consecuencia de un conflicto salarial que el gremio mantenía con las cámaras empresarias.

Instalado el boqueo a las exportaciones de productos pesqueros, la mayoría de las empresas radicadas en la localidad se vieron obligadas a sacar sus productos en los buques bodegueros para poder cumplir con sus compromisos en los mercados, auque la mayoría opina que despachar la carga de langostino en esos buques “fue como volver al pasado”. “Exportando por bodegueros se corren muchos riesgos y uno de ellos es que se te estropee la carga y eso influye mucho en la venta del producto, pero con el boqueo que había decretado el Somu no tuvimos opciones”, destacó por último el directivo de una empresa con asiento en la localidad.

Fuente : Marina Pacheco, Mar&Pesca